Me duele el corazón, me duele sentir como todos los pensamientos agradables que surcaban en una barquita dentro de mi mente se han caído al agua. La corriente los arrastra y no hay quien los coja. Se escurren entre mis dedos cuando trato de socorrerlos... Aúllan y gritan desesperados para que los rescate y yo me quedo impotente mirando como se ahogan y desaparecen... Sólo me quedan dulces recuerdos de ellos, que se vuelven amargos con el tiempo y ya no sabré si algún día los salvaré, si resurgirán de sus tumbas para hacerme feliz otra vez...

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