Debo de haber muerto, esto sólo puede
ser el puto Infierno...
Me han metido en una
tumba de paredes blancas, con puertas de madera que al ser abiertas
sólo te llevan hasta otra tumba. Prefiero no moverme de la mía, los
personajes que hay tras esa vieja puerta son demonios que me chupan
la sangre y ya casi no me queda fuerza por su culpa y también por la
influencia que ejerce este lugar sobre mi pobre alma en pena.
Estoy tumbada boca
arriba sobre un lecho de ásperas sábanas blancas. Mis pies cuelgan
y tocan un duro suelo. Tengo los labios secos y muertos, se me
agrietan y que horrible es el sabor metálico de la sangre.
Para aumentar la condena
hay una ventana en mi prisión, que me permite escuchar los
estresantes sonidos de la calle, que me deja ver el cielo azul. Me
hace pensar que si salgo podré tomar el aire que le falta a mis
pulmones, pero es una trampa... Fuera tan solo se respira veneno.
Entra frío y cargado de un espeso polvo que te asfixia y te mata
lentamente.
El calor es exasperante,
pero son peores los mareos y los dolores de cabeza que me dan de las
ganas que tengo de llorar. Odio este maldito lugar, ojalá que
pudiera desaparecer, estoy harta y con ganas de gritar... ¡Socorro!
¡Sáquenme de aquí!
Sin embargo, ¿alguien
medio muerto puede pedir auxilio?
1 comentarios:
Coge mi mano, te sacaré de ahí... =)
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