La nostalgia viene en forma de lluvia y me atraviesa como dagas de oro y plata cubiertas de llamas. Siento el calor y el fuego me quema, pero no muero, pues la mayor tortura es ver como llega el sufrimiento y no poder impedirlo y es que el tiempo no cura nada, sólo hace que las cicatrices sean más grandes en nuestro corazón y nuestra propia sangre nos inunda hasta que nos ahogamos en un mar de lágrimas y el agua salada se mezcla con la sangre y forma la palabra MUERTE, pero ésta no llega. Ése es el castigo del que se supone es Dios: DOLOR SIN TREGUA.
No hay cura, sólo dolor sin tregua...
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