La noche no es tan terrible aunque esté llena de oscuridad.
Cuando cierro los ojos sólo veo claridad.
Me imagino una sonrisa,
y una voz susurrando en mi oído
palabras que me hacen temblar.
Unos brazos cálidos que me arropan
y que hacen que el dolor se vaya.
No le he visto en realidad,
sólo en unos preciosos sueños
donde con él podía hablar.
Ahora sólo pienso en cómo estará él, 
en si su corazón va tan desbocado como el mío, 
en si me querrá ver en sus sueños.
Si su respuesta es sí
me colaré en ellos todas las noches
para que juntos podamos estar,
eso es lo que quiero de verdad...

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